Cabecera de Idioma y Deporte
12 de marzo de 2007

Palabras en juego

Por Jesús Castañón Rodríguez

Recurvos y poleas

Del 13 al 17 de marzo se celebra en la ciudad turca de Izmir el Mundial al aire libre de tiro con arco. Este deporte olímpico, que destaca la precisión también, recibe en América el nombre de «arquería» y aunque figuró en los Juegos de verano de París en 1900, lo hace de forma permanente desde la edición de 1972 en Munich.

En un «campo de tiro», formado por una superficie plana de hierba, se marcan la «línea de tiro» para realizar los lanzamientos y unas líneas paralelas, situadas a una distancia de 30 a 90 metros, en las que se indican los puntos sobre los que van los centros de las «dianas».

En la competición, desde el arco salen disparadas camino de la diana flechas de un peso comprendido entre 11,3 y 22,5 kilos. Y distinguirá en él la «empuñadura», las dos «ramas» flexibles que terminan en una punta con dos muescas para tensar la cuerda y otros dispositivos para la puntería como el «visor», alguna marca en el arco o un punto de referencia en el suelo. Y aprenderá las diferencias entre los que son de una pieza y los desmontables con sus tipos «recurvos» y «de poleas».

En la diana se encontrará un blanco redondo o cuadrado, de paja o esparto trenzado, sobre el que se colocan piezas de papel o de cartón. Está apoyado en un trípode de madera y con su centro a 130 centímetros del suelo. Allí van los lanzamientos de las competiciones «a doble round» o a dos vueltas, de «eliminatoria de arquero contra arquero» tanto en «tramos de campo» (sobre distancias conocidas previamente por los tiradores) como «de cazadores» (con distancias ignoradas por los competidores).

Para la historia del tiro con arco en Asturias quedan los triunfos de Antonio Vázquez y Alfonso Menéndez Vallín, la conquista de la medalla de oro por equipos en los Juegos Olímpicos de verano de 1992 o los recientes éxitos de Ángel Joaquín Arce, Mónica Fernández, Esther López… O la flecha con la que Antonio Rebollo encendió el pebetero en la ceremonia inaugural de los Juegos de Barcelona y que se pudo ver en la exposición «Sueños Olímpicos» el pasado verano en Gijón.

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 12 de marzo de 2007.