Cabecera de Idioma y Deporte
5 de marzo de 2007

Palabras en juego

Por Jesús Castañón Rodríguez

Voleibol

Hasta el próximo día 4, se disputa la final de la Copa del Rey de voleibol, el deporte en el que dos equipos de seis personas golpean con las manos un balón para salvar una red y pasarlo al campo rival.

En su historia lingüística destaca cómo lo inventó en 1895 el estadounidense William G. Morgan con el nombre de «mintonette» y en los primeros años setenta convivió con «balonvolea», forma que sólo se usa en España, a propuesta de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Cuenta, entre otras, con diferentes modalidades según el número de jugadores de cada equipo, las medidas de la pista y las superficies de juego: «austball» (con cinco jugadores ), «minivoley» (con cuatro jugadores), «voleibol sentados» (adaptado para seis jugadores con discapacidad física), «voley-playa» o «voleibol playero» que dicen en América (con dos, tres o cuatro jugadores) y «water-voley» (con dos jugadores).

La «rotación» o translación de los jugadores en el sentido de las agujas del reloj, tras cada recuperación de saque, da paso a dedos, manos y antebrazos para realizar un «saque flotante» en el que balón describe un movimiento irregular en el aire, la «recepción» o «pase de manos bajas», una «plancha» o forma de intercepción con un brazo, el «pase de antebrazos», la «colocación» o pase con los dedos o el espectacular «mate» o «smash» que ejecuta el «rematador» golpeando la pelota en pleno salto tras un pase del «colocador» mientras salva el «bloqueo» o intento del rival por frenar la jugada.

Últimamente, las selecciones asturianas juvenil e infantil, la A. D. Los Campos de Corvera, el equipo juvenil del Real Grupo de Cultura Covadonga y jugadoras como Cristina López y Cristina Vilabrille han demostrado que no hace falta ir a Cuba o Brasil para ver buen «voleibol» o «voléibol». Ni tampoco necesita recurrir a camiones de arena para organizar un campeonato de voley-playa, como pasó en los años noventa en el parque de El Retiro de Madrid cuando la capital logró desmentir aquel estribillo de la canción del verano de 1989. Aquella en la que Los Referescos clamaban en su estribillo: «¡Vaya, vaya! ¡Aquí no hay playa!».

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 5 de marzo de 2007.