Palabras en juego
Renueva que algo queda
El 2006 ha sido un año conmemorativo para el diario Mundo Deportivo, Televisión Española y el periodismo de la Transición. Y también una ocasión para renovar el idioma con nuevos términos.
El Freestyle Motocross ha dejado el «Wall Ride» (paso por una pared inclinada) y el «funbox» (pasarela en forma de X, cercana al público, que los motoristas pasan sobre una rueda).
Las carreras de Fernando Alonso hicieron popular el «mass dumper» o amortiguador de masas que llevaba el bólido de Renault.
El baloncesto ha aportado de el «scouting»: el trabajo de la persona que sintetiza información procedente de videos y observaciones y analiza con programas informáticos el juego de los rivales para contrarrestarlo con acciones automatizadas. Labor en la que ha destacado el asturiano Jenaro Díaz en la Selección Española.
Entre las actividades emergentes destacan el «esquícross» (carrera en las que varios esquiadores trazan piruetas y curvas sin ángulos ni peraltes a toda velocidad) o el «canicross» (carrera de campo a traviesa con perro de tiro). También el «bossaball», que combina fútbol, voleibol, gimnasia y capoeira en un terreno formado por colchones hinchables y camas elásticas y que se divide en dos campos separados por una red. Y el «Jorkyball», un juego semejante al fútbol sala que se practica en un recinto parecido al del squash, que fue inventado en la parte trasera de una gasolinera y toma su nombre de la admiración de su creador por el futbolista francés Youri Djorkaeff.
Para el lenguaje periodístico, el gran hallazgo ha sido la «ÑBA», denominación ideada por Eduardo Schell y Jesús Sánchez en el diario Marca para la triunfante selección de baloncesto. Y también han destacado los comentarios de La Sexta con su «fútbol con fatatas» para divertir a una audiencia no especializada. La mezcla de eslóganes, apodos con sentido del humor y la cultura de canciones tradicionales o del pop sirven para narrar los vaivenes de la Liga hasta que una chilena de Ronaldinho o un remate imposible de Urzaiz deja a los locutores sin palabras.
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 18 de diciembre de 2006.