Palabras en juego
El Premio Nobel de Literatura y el deporte
El pasado 10 de diciembre se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de Alfred Nobel, el químico sueco que da nombre a los prestigiosos premios.
El autor turco Orhan Pamuk recibió este año el de literatura, una modalidad llena de autores que han escrito sobre el deporte, como los «futbolistas» Albert Camus, Günter Grass, Kenzaburo Oé y Naguib Mahfouz.
Sin embargo, los autores en lengua castellana han abierto su mirada personal y creativa a diez disciplinas: béisbol, fútbol, hípica, lucha libre, judo, natación, patinaje, piragüismo, tenis y vela.
Han atrapado las emociones y acciones de estas bellas artes del movimiento, las han envuelto en palabras y las han recreado artísticamente para jugar en el periodismo y la literatura de creación.
Jacinto Benavente llevó a escena el esnobismo social del deportista en el primer tercio del siglo XX.
Vicente Aleixandre dedicó un poema al patinaje para apreciar cómo sus deportistas se deslizan con ochos elegantes y sonrisas, giran con curvas graciosas, platican desde la baranda, resuelven la vida en piruetas nuevas y atrevidas, contagian a los espectadores la alegría de sus movimientos… y conectan la vida y la pista.
Pablo Neruda no practicó deportes ni los recreó literariamente pero mantuvo una gran amistad con un campeón chileno de tenis llamado Iglesias y era aficionado a ver las peleas de lucha libre en el Circo Price de Madrid.
Gabriel García Márquez fue portero de fútbol con pelota de trapo, hasta que el dolor provocado por un golpe en el estómago de su primer balón de reglamento le convirtió en un apasionado del béisbol. Y es un pionero de los reportajes que pretenden hermanar fútbol y literatura.
El deportista por excelencia ha sido el vitalista Camilo José Cela. Practicó fútbol, hípica, judo, natación, piragüismo y vela y, posteriormente, llevó esta experiencia a poemas, cuentos y novelas cortas.
Disfrute de la lectura de estos grandes autores que también vivieron la experiencia del deporte.
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 11 de diciembre de 2006.