Palabras en juego
Kilos de colores
Esta semana se está celebrando en Santo Domingo (República Dominicana) el campeonato del mundo de halterofilia, un deporte cuya primera escuela fundó Wilhelm Türk en Viena en 1894.
Equipados con maillot, botas, cinturón, vendajes y apósitos, los atletas han levantado esos elementos compuestos por una «barra» o eje central, los «discos» con diferentes pesos y los «collarines» o piezas que sirven para fijar estos a la barra.
Bajo la atenta mirada de un «jurado» vigilante de que se apliquen las reglas técnicas, un «secretario de competición» que controla su evolución, varios «controladores técnicos» que supervisan su marcha, unos «jueces» que valoran los levantamientos realizados, un «cronometrador» que mide los tiempos de los intentos y la presencia de médicos de guardia… los levantadores de pesas elevan un mundo de colores.
En tres intentos, buscan la gloria de subir kilos con discos en tonos rojo (de 25 kgs. de peso), azul (20), amarillo (15), verde (10), blanco (5), negro (2,5) y cromo (de 1,25, 0,500 y 0,25).
Y para ello se sirven de los movimientos de «arrancada», que aprovecha la inercia de la elevación para colocarse debajo de la barra y conseguir mantenerla con los brazos rectos y las piernas en posición de flexión completa, y «en dos tiempos» con el recurso a una fase de cargada y otra de tirón o «envión».
Además puede disfrutar del «enganche» (cubrir la última falange del pulgar con los otros dedos de la misma mano para agarrar la barra) y el «split» (colocarse el atleta debajo de la barra separando los pies en forma de tijera).
Ya sabe, gracias a la halterofilia puede calcular por el color de los discos el peso que levantan brillantes atletas como Raquel Alonso Ramos, Mario García Ramos, Adriano Méndez García, Isabel Quintero Verdugo o Pablo Rodríguez Labra. Y tampoco confundirá la gimnasia con la magnesia, la sustancia con la que el levantador se frota las manos para evitar el sudor y poder sujetar la barra de carga con mayor seguridad.
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 6 de noviembre de 2006.