Palabras en juego
Patada a la luna
Desde mañana y hasta el 16 de noviembre, se celebrará en Moscú el Trofeo Mundial de natación sincronizada.
Sin duda, uno de los deportes más hermosos, no solo por su belleza plástica sino también por su curiosa terminología. La evolución de diferentes posiciones le permitirán disfrutar de la naturaleza y la arquitectura entre rotaciones descendentes y ascendentes («catalinas» o «contracatalinas»), impulsos, giros, tirabuzones o giros en posición vertical…
Se podrá fijar en las 19 posiciones básicas, entre las que las nadadoras ejecutan la «estirada» (de espalda o de frente), la «pierna de ballet» (en superficie con la pierna extendida perpendicularmente y submarina con el nivel del agua entre la rodilla y el tobillo), la «pierna de ballet doble» (con las piernas juntas y extendidas), la «posición vertical» (con el cuerpo extendido) o la «posición encogida» (con la espalda redondeada, las piernas juntas y la cabeza junto a las rodillas).
Descubrirá un sinfín de figuras de nombres curiosos que aluden a la naturaleza mientras la cabeza, el tronco y las extremidades trazan gestos llenos de matices. Los hay con nombres de aves: el «flamenco», el «ibis», el «albatros», la «garza», la «gaviota» o el «flamenco» (en el que la nadadora tiene una pierna extendida perpendicularmente a la superficie y la otra flexionada hacia el pecho).
Otras llevan nombres marinos: la «tintorera», el «pez volador», el «pez espada», la «gamba» o el «delfín» (con una postura en la que el cuerpo, cabeza, caderas y pies se adaptan a un arco para seguir un movimiento en círculo).
Y también verá desde su asiento series de movimientos y figuras que reciben nombres como el «helicóptero»,»el ciclón», el «castillo» y la «Torre Eiffel».
Siga las evoluciones de la exitosa Rebeca López Prieto y goce con la flexibilidad de su cuerpo al ejecutar una serie de movimientos formada por un mortal de espalda, una encogida de piernas hasta que estén perpendiculares a la superficie, una posición vertical y un descenso vertical. No se asuste, todo eso sólo es una simple «patada a la luna».
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 30 de octubre de 2006.