Palabras en juego
Velocidad en sangre
Este fin de semana se ha celebrado el Gran Premio de Jerez de Motociclismo, una prueba de «carreras de velocidad» en la que motos de 125, 250 y 500 cc. compiten en un circuito entre 40 y 60 minutos.
Desde la desaparición de las «máquinas» (motos) de 50 cc. también se ha impuesto el nombre de «MotoGP» para las de la máxima cilindrada y el clásico «Gran Prix» de los años gloriosos de Ángel Nieto ha evolucionado a «GP» o «Gran Premio».
Sobre el «bastidor» de la moto (elementos que componen su estructura rígida) esta temporada promete un gran interés para seguir las conducciones de Valentino Rossi, Dani Pedrosa y Sete Gibernau como protagonistas de un filón mediático capaz de despertar el interés de aficionados y turistas para vivir una experiencia especial.
En especial, el italiano de las victorias agónicas en la recta final y que, tras haber probado monoplazas de Ferrari, puede convertirse en el nuevo John Surtees, el piloto británico que ha sido el único piloto que ha ganado mundiales en motociclismo y en fórmula 1.
En los primeros planos de las imágenes se ha disfrutado del «basculante» (pieza para contrarrestar las irregularidades del terreno), del «carenado» (elemento para vencer la resistencia del aire), de la «horquilla» (suspensión delantera formada por dos amortiguadores hidráulicos) y el «slick» (neumático liso para el asfalto seco).
Pero si no se ha fijado bien, en próximas carreras centre sus emociones en los adelantamientos tras ver a un piloto «ir a rebufo» al ir situado inmediatamente detrás del corredor que marcha en primera posición y haberse aprovechado del vacío de aire que este provoca tras de sí. Y vibre en las trazadas de las curvas y contracurvas, cuando las rodillas de los pilotos se acercan al asfalto. Es el momento para «apurar la frenada» (aguantar hasta el último instante para bajar la velocidad de una moto al llegar a una curva con el fin de entrar por delante de los adversarios), «hacerse un recto» (salirse del circuito en una curva por un error de cálculo) o realizar un «derrapaje controlado», la situación en la que la moto resbala de la parte trasera y delantera sin que el piloto pierda control y se caiga.
Haga un «caballito» con su asiento tras la victoria de su piloto favorito y si le miran de forma extraña y le hacen un análisis, ya sabe el resultado: velocidad en sangre.
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 27 de marzo de 2006.