La visión popular del fútbol de José Cantero Verni
La visión popular del fútbol de José Cantero Verni
Jesús Castañón Rodríguez
Los poemarios Fútbol, tablón y goles, Los versos del fútbol, Pasión futbolera y Saliendo a la cancha que acogen, respectivamente veinte, veintidós, veintidós y veintiuna composiciones. Conforman un estilo de poesía narrativa que encierra historias de humanidad con el predominio de la estrofa del romance como forma expresiva de fácil lectura, memorización y comprensión.
Una cancha de emociones
Su juego de creatividad socializa literariamente la experiencia deportiva desde valores positivos y abarca seis centros de interés.
Primero, la recreación literaria del juego con: consideraciones generales sobre el fútbol como fuente de alegría, emoción y deleite; la visión del penalti; la caracterización de las figuras del entrenador y del canchero; el árbitro; la exaltación de la vivencia apasionada del hincha con su bombo del hincha o su capacidad para perder trabajo, coche y dinero por ver la final de Estudiantes en la Copa Intercontinental frente al Manchester, emocionarse en el alambrado o disfrutar con la albiceleste; la fragilidad del resultado con la pérdida de la condición de equipo invicto; la fuerza de la cancha embarrada; los valores que encierra una camiseta…
Este panorama se concentra en las diversas facetas del gol (el tanto, el conseguido en propia meta, el recuerdo de una ejecución extraordinaria, el gol olímpico, el logrado en la última tarde antes de retirarse, la oportunidad clara de gol que acaba en el travesaño, el gol del honor que se busca a poncho y cuchillo, el gol dedicado al padre muerto…) y en los jugadores, con una especial admiración por los extremos de desbordes y gambetas, el especialista en realizar bicicletas, el delantero heroico que es visto como El llanero solitario, el portero seminarista, el guardameta que remata de cabeza para ganar un partido, el lateral de canillas flacas siempre dispuesto al remate, el defensa que realiza un estrechísimo marcaje al hombre… hasta el antiguo jugador de un club que al marcar un tanto manda a su antiguo equipo al descenso y sin embargo recibe el aplauso del público o los tres niños que se van de un club que sólo quiere fichar a dos de ellos.
Segundo, la presentación de situaciones insólitas: el guardameta que mete un gol de cabeza en el tiempo de descuento, el jugador que disputaba los balones divididos pinchando con alfileres al rival, la detención del portero rival, especialista en detener penaltis, por desorden la noche anterior a un encuentro, el delantero que gambetea como el caminar de Cantinflas para llenar el fútbol de encanto, el loco que se creía Di Stéfano y disputaba los partidos custodiado por dos enfermeras y un celador, el choque con siete penaltis en el que se fallan seis… Es un ámbito en el que también habrá su dosis de realismo mágico desde la grada gracia al niño que se escapa de la madre para saltar al campo y patear un balón que iba a entrar en la portería, el perro que es golpeado por un remate al cruzar el campo y desvía un balón que iba camino de la meta, el gato negro que se cruza y trae mal fario sin que el equipo pueda marcar, la fiesta previa en un vestuario que sirve para desconcentrar a los jugadores o el recurso a la brujería por un equipo pequeño que vence a otro imbatible y por parte de un club que, tras perder 24, a pesar de la magia, también pierde la nueva final.
Tercero, se destaca el fútbol como un campo de ilusión que se desparrama por calles y avenidas hasta el último rincón. Es el caso del campo de tierra con piedras como porterías que cede el dueño de este baldío si se lo limpiaban. Es el intento de colarse en el estadio para ver un partido tras subirse a un árbol o el lance del hincha que pierde la entrada y lo oye desde la esquina de la calle. Es la fuerza imparable que lleva al patio del colegio, a la garita de la que se escapa un militar para jugar un partido y a la prisión en la que reclusos y vigilantes disputan un encuentro con hidalguía y honestidad. Es el nuevo mundo de vida, inspiración, magia y bendición que se abre con el regalo de la pelota por la fiesta de los Reyes Magos o por la llegada de una pelota nueva que se pincha al hincharla. Es la puerta para los sueños infantiles. Es el recuerdo del abuelo que consigue un puesto de recogepelotas para su nieto. Es la evocación del bar como fuente de nostalgias e historias, del álbum de cromos con sus recuerdos y emociones y de la pelota de trapo como primer amor con el que se baila por el potrero.
Cuarto, el fútbol aparece como un ámbito de esperanza para mover el mundo con fe y sentimiento ante las adversidades o la soledad, gracias a los relatos del jugador que, tras ser expulsado del club, coge los botines que le regala un viejo en el parque y pasa a ser una gran figura en el nuevo equipo de destino; del delantero que juega solo en ataque y logra destacar el día que vienen el ojeador; del lustrabotas que llega a jugador famoso y del único hincha del Deportivo Carasucia que acaba triunfando un día.
Un quinto centro de interés es el tradicional motivo argentino de contar la vida amorosa en clave de fútbol y que en estos poemarios surge con la cita, el futbolista que no da pie con bola por culpa del amor y la consideración que el amor puede llevar al desengaño mientras que el fútbol siempre se mantiene fiel.
Finalmente, un sexto apartado está dedicado al periodismo deportivo con el brillante poema «30 años no son nada». Esta composición recrea el latir del silencio de un aficionado que oye el encuentro del ascenso de su equipo. Tras treinta años siguiendo las transmisiones radiofónicas, acaba abrazado al receptor de la radio en un incontenible llanto.
Epílogo
En resumen, los poemarios de tema futbolístico de José Cantero Verni, considerados de de interés Educativo y Cultural en Salta (Argentina) y recomendados por la página del Ministerio de Educación del Ecuador educaecuador.ec, hacen del fútbol un medio para superar dificultades y una fuente de expresión de sentimientos y emociones en convivencia.