Palabras en juego
Esquí artístico
En esta atípica temporada de nieve, una de las actividades más vistosas que se echan de menos es el esquí artístico, una modalidad que combina la velocidad, la técnica y las acrobacias.
Con unos esquís más cortos, anchos y flexibles que los del esquí alpino y que también tienen las espátulas y las colas redondeadas para no clavarse en la nieve, los deportistas se lanzan a la aventura de las pruebas de baches, ballet y saltos.
Los primeros son una carrera contra el tiempo por una pista con baches, huecos y desniveles en la que cuenta la velocidad empleada en el recorrido y la dificultad y el estilo en la ejecución de los saltos. En el «ballet «, verá numerosas figuras acrobáticas al son de la música. Y en los saltos cuentan la dificultad, la elevación y el estilo en la ejecución de saltos acrobáticos y piruetas tras salir volando desde un trampolín.
Disfrutará mucho al reconocer la terminología por las sencillas ideas gráficas que transmiten. Verá en el aire al «cosaco», que imita la extensión lateral de las piernas empleada en los bailes rusos, y el «twist», con un giro lateral del cuerpo de noventa grados.
Sentirá el «salto del águila» o «spread eagle» cuando el esquiador abra las piernas y extienda los brazos en el aire por encima de la cabeza. Y también el «backscratcher» o «salto hacia atrás» en el que se arquea la espalda, se doblan las piernas hacia ella y se extienden los brazos hacia atrás.
Además, podrá presenciar el «daffy» para extender a la vez los brazos hacia arriba, una pierna hacia delante y otra hacia atrás y el espectacular «helicóptero» para ejecutar en el aire uno o dos giros completos sobre el eje del cuerpo.
Ya conoce nuevas posibilidades para Valgrande-Pajares y San Isidro. Pero si es deportista pasivo o excursionista, siempre puede dar un salto hasta Felechosa o Pajares con más arte y velocidad que el oso Yogui a la hora de oler la fabada, según el anuncio de la promoción turística de Asturias.
Publicado en La Nueva España, Oviedo, 15 de enero de 2007.