Cabecera de Idioma y Deporte
15 de mayo de 2006

Palabras en juego

Por Jesús Castañón Rodríguez

Pase y va

Corren tiempos de numerosas finales de balonmano, para que en su sillón piense en bascular hacia la zona donde se juega el balón, «armar» su brazo y lanzar la bola en «picado» para que dé un bote antes de llegar a portería.

Las últimas finales de Rubén Garabaya, Raúl Entrerríos y Alberto Entrerríos y los éxitos en 2005 de Elizabeth López en los Juegos del Mediterráneo o de la Selección Juvenil femenina del Principado recordaban una sopa de números para expresar la organización de la defensa: en tres líneas con el sistema «3 2 1» o «defensa yugoslava» (con tres defensores en la primera línea, dos en la segunda y un defensa central en la tercera) , en dos líneas con los sistemas «3 3» (tres jugadores en la primera y tres en la segunda), «4 2 mixta» (con cuatro jugadores en la primera y dos en la segunda que se encargan de marcar específicamente a un rival), «4 2» (con cuatro jugadores en la primera y dos en la segunda), «5 1 mixta» (con cinco jugadores en la primera y uno en la segunda que se encarga de marcar específicamente a un rival) o «5-1» (con cinco jugadores en la primera y uno en la segunda) y en una sola línea con el sistema «6 0».

Es de una gran plasticidad asistir al esfuerzo por superar un mar de «pantallas» (obstrucciones para evitar el lanzamiento del rival) y presenciar algún que otro «fly» o pase al área en el que el balón realiza una parábola y es recogido en el aire por otro jugador para rematar a puerta.

El balonmano es un espectáculo de pases: de cadera, de muñeca, de pecho, «por detrás» (dirigiendo el balón hacia su espalda), «de contraataque» (largo y rápido para iniciar un contragolpe), «en suspensión» (que se ejecuta en el momento de máxima elevación de un salto), «indirecto» (con un bote de la pelota bota antes de llegar a otro jugador), «lateral» (hacia un jugador situado a un lado)… Y quizá, ninguno de nombre tan bonito como el «pase y va» o sucesión de acciones en la que un atacante pasa a un compañero la pelota para desmarcarse y volverla a recibir.

Unte las puntas de sus dedos con «pega» para que no se le escape el balón y vaya pensando en un nombre ingenioso, pues todavía merece que se le ponga una denominación al eficiente sistema defensivo del seleccionador Juan Carlos Pastor que, sin recurrir a constantes bloqueos y acciones agresivas, tan excelentes resultados proporcionó en los campeonatos del mundo de 2005 y de Europa en 2006.

Publicado en La Nueva España, Oviedo, 15 de mayo de 2006.