1 de diciembre de 2023

Ángel Rosenblat: la vitalidad del idioma del deporte en la vida moderna

Por Jesús Castañón Rodríguez

Ángel Rosenblat: la vitalidad del idioma del deporte en la vida moderna

Jesús Castañón Rodríguez

Ángel Rosenblat (Węgrów, Polonia, 1902 – Caracas, Venezuela, 1984) fue un filólogo, ensayista e hispanista. Académico Honorario de la Academia Venezolana de la Lengua y Presidente de la Asociación Internacional de Hispanistas, se formó en el Instituto de Filología de la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad de Berlín y en el Centro de Estudios Históricos en Madrid.

Su labor docente estuvo ligada al Instituto Pedagógico Nacional y la Universidad Central, en la que dirigió el Instituto de Filología Andrés Bello. Tuvo amplios intereses intelectuales y fue especialista en temas de enseñanza de la lengua, historia del español, lingüística, dialectología hispanoamericana, filología, gramática e historia literaria que destacó por aplicar criterios más científicos que pasionales con el fin de discernir el posicionamiento cultural del idioma español en las lenguas del mundo.

Además,  colaboró en el diario El Nacional y fue redactor de la revista Tierra Firme.

Perfil deportivo

El ámbito deportivo encajaba en su idea de favorecer la propiedad y expresividad del idioma, lejos de criterios puristas y con cercanía a la vida contemporánea. Era una muestra de la victoria de la innovación sobre el purismo y del triunfo de las necesidades sociales sobre las previsiones académicas.

En sus obras y, especialmente, en la columna de orientación lingüística Buenas y malas palabras, que escribió en el diario El Nacional, observaba la vida social y se alejaba de los clásicos repertorios de barbarismos y solecismos, así como de las críticas a las palabras nuevas para encontrar en el juego deportivo una vertiente de vitalidad del idioma.

Consideraba que el deporte recogía una rica terminología que se usa en el habla corriente gracias al espíritu lúdico de los juegos de palabras y el humorismo.

Su compleja y variada mirada comprendió seis centros de atención. Primero, la explicación de voces como ¡cátedra!, empatar y sport.

Segundo, el registro de términos y fraseología procedente de 18 deportes: bádminton, baloncesto, béisbol, billar, bolos, boxeo, críquet, fútbol, hípica, golf, hockey, motociclismo, pelota vasca, softbol, surf, tenis de mesa, voleibol y waterpolo.

Tercero, la dificultad del estudio de las crónicas deportivas al contar con aspectos ajenos al castellano y de difícil atribución a otras lenguas, así como al favorecer la pronunciación de nombres extranjeros en su forma original en vez de seguir la tradición de hispanizar los nombres en una época de internacionalismo en el mundo de la comunicación.

Cuarto, la influencia inglesa y norteamericana en el deporte ha supuesto el triunfo de los anglicismos útiles y expresivos, la intervención del genio del idioma a la hora de adaptar voces extranjeras al sistema general del castellano y otros aspectos morfosintácticos como la formación de plurales en club, las voces que emplean el sufijo –ing o la presencia de anglicismos sintácticos en los titulares de la información.

Y quinto, las diferentes soluciones del español peninsular con intención casticista y el español de América que se registran en términos y expresiones como balompié, baloncesto, gol, lanzador y romper una marca.

A partir de sus recuerdos infantiles como futbolista en Buenos Aires, comenta 28 términos castellanizados de fútbol y 10 de boxeo junto a sus formas inglesas y la importancia de este proceso de hispanización del léxico deportivo en América tras la II Guerra Mundial. Llegó a solicitar una cierta unificación de la terminología deportiva ante la mayor frecuencia de campeonatos internacionales y su difusión a la sociedad a través de los medios de comunicación. Y consideraba la presencia del anglicismo como una necesidad comunicativa de grupo en la vida moderna en su evolución técnica, nuevas formas de consumo y de relación social en el marco de una sociedad hispanoamericana en la civilización atlántica y que también afectaría a viajes, industria, comercio, comidas y bebidas en esta época.

Epílogo

En la consideración del lenguaje deportivo, Ángel Rosenblat destacó el sentido unitario y diverso de la lengua española, especialmente en la lengua culta, el papel del español de América en su renovación y la necesidad de ir con los tiempos contemporáneos para ampliar los horizontes del idioma con moderación y tolerancia.

Su estilo menos formalista y más humano, con voluntad de divulgación y rigor en la información histórica y filológica respondía a la visión del idioma como preocupación personal de todos los días y a la tarea de ampliar los campos del hispanismo y exaltar la aportación de América a la cultura.

Referencias bibliográficas

El criterio de corrección lingüística: unidad o pluralidad de normas en el español de España y América. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, 1967.

La lengua y la cultura de Hispanoamérica. París: Librarie des Editions Espagnoles, 1951.

Nuestra lengua en ambos mundo. Barcelona: Salvat, 1971.

Estudios sobre el español de América, 2. Sevilla: Athenaica, 2017.

Buenas y malas palabras, I. Madrid: Editorial Mediterráneo, 1956.

Buenas y malas palabras, II. Madrid: Editorial Mediterráneo, 1960.

Buenas y malas palabras, III. Madrid: Editorial Mediterráneo, 1969.

El castellano de España y el castellano de América. Edición preparada por la Asociación de Academias de la Lengua Española. Madrid: Fundación José Manuel Lara, serie Clásicos ASALE, 3, 2018.