Deportistas del lenguaje
Deportistas del lenguaje
Jesús Castañón Rodríguez (*)
Descubrí la fuerza de la comunicación deportiva en 1999 en Maracaná, cuando una fila de niños de 6 a 10 años se convertía en un mar de sonrisas ilusionadas, bocas abiertas y miradas de agua… No habían visto a ninguna estrella del deporte. Sólo retumbaban las palabras que el empleado más antiguo del estadio utilizó al recibirles, no como simples escolares de una zona de favelas, sino como los futuros atletas de Brasil.
En España, desde 1924, los periodistas deportivos vienen realizando a diario esa divulgación al practicar salto de altura con la entonación, cambios de ritmo en los momentos de mayor emoción, gambetas a los tecnicismos para buscar su comprensión, rabonas de nuevas expresiones al primer toque desde los gustos sociales, marcajes estrechos al vocabulario de moda… hasta embotellar nubes de emociones y conquistar todo tipo de espacios en una participativa fiesta social.
También han dado a conocer la aventura de las palabras en movimiento: la imitación de situaciones de la naturaleza, el viaje cultural por tierras remotas en el origen de los términos, el relato de situaciones curiosas en las que se crean vocablos y la historia de personajes famosos o anónimos que han acuñado expresiones gracias a su fantasía y esfuerzo.
Hicieron familiares términos de deportes olímpicos, deporte para discapacitados, deporte rural, etc. hasta llevarlos desde los recintos deportivos a las calles y la vida cotidiana. Dejó de ser extraño ver rótulos con palabras como aerobic, bádminton, balonmano, goalball, karate, snowboard, triatlón… Las fuentes y las plazas pasaron a ser punto de reunión social para festejar ascensos y días de gloria en una competición internacional… Los aeropuertos pasaron a ser el gran punto de encuentro para que banderas, bufandas, pancartas, voces y manos expresaran la alegría popular.
El lenguaje del deporte tomó forma de libros y reflexión gracias a los periodistas. Fueron pioneros José Elías y Juncosa, para la promoción olímpica de Barcelona desde 1908; la habilidad de Acisclo Karag, el mago que pronosticaba los resultados de los partidos y escribió un diccionario de referencia; o José Luis Lasplazas, que fue autor de una enciclopedia y dirigió El Mundo Deportivo y la Selección Española de fútbol.
Y desde 1992, esta labor ha encontrado continuidad en diccionarios, vocabularios, libros, reflexiones, cursos universitarios, trabajos de investigación o actividades en los que han participado: Recaredo Agulló, Antonio Alcoba, Javier Ares, Julio Bernárdez, José Joaquín Brotons, Antonio Bustillo, Igor del Busto, Ángel Cabeza, Luis Carandell, José María Casasús, Juan José Castillo, Carlos Díaz Sánchez-Cruzado, Carlos Fernández Santander, Julián García Candau, Emilio Tomás García Molina, Carlos G. Reigosa, Alfonso Gil, Luis Gómez, Alberto Gómez Font, Álex Grijelmo, Luis Infante, Carlos Jiménez, Álex Martínez-Roig, Santi Nolla, Matías Prats, Alfredo Relaño, Paco Rengel, Pedro Riaño, Daniel Samper, Carlos Toro, Melchor Fernández Díaz, Francisco Carantoña…
Hoy en día, el lenguaje deportivo ya no es sólo un ámbito de extranjerismos y tópicos, de ironía y retórica. Ha llegado más alto, más lejos y más fuerte al convertirse en una vivencia cultural, un tema de conversación con gran influencia social, un recurso para la redacción de otras áreas informativas y un elemento de persuasión en la vida empresarial para la gestión del trabajo en equipo y el liderazgo.
Las instituciones lingüísticas consideran al deporte como un privilegiado observatorio de las nuevas tendencias del español más actual. Es el triunfo de la liberación por el esfuerzo, de sus periodistas, de la comunicación y de la gente que cree que lo mejor está siempre por ser conquistado.
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(*) Colaboración para la Gala del Deporte Asturiano, celebrada en Avilés el 4 de marzo de 2005.