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15 de enero de 2000

Antonio Mingote: el deporte de la educación

Por Jesús Castañón Rodríguez

Antonio Mingote: el deporte de la educación

Jesús Castañón Rodríguez

La difusión del deporte moderno en el siglo XX se ha destacado por su preocupación en cuidado el estilo de hasta formar acontecimientos culturales, sin barreras ni fronteras, capaces de transmitir felicidad y comunicar sentimientos intensos.

Una de sus modalidades más exitosas ha sido el humorismo con sus modalidades de chistes orales, humor gráfico, chistes orales profesionalizados, humor audiovisual y humor escrito literario. Su carácter de postura sonriente y melancólica ante la vida, reflexión, madurez, ternura para salvar adversidades y medio para mantener la esperanza ha logrado convertir al idioma en un juego con grandes dosis de fantasía, poesía, voluntad estética, ritmo y creatividad.

El humor de la Real Academia Española

Esta capacidad de experimentación con el lenguaje para favorecer su renovación ha llevado a la Real Academia Española a varios escritores de humor y humoristas gráficos: Joaquín Calvo-Sotelo, que ingresó en la Corporación en 1955 en el sillón l minúscula, Wenceslao Fernández Flórez, que ocupó el sillón S mayúscula en 1935, José López Rubio, que se hizo cargo del sillón ñ minúscula en 1983, Miguel Mihura, que llegó al sillón K mayúscula en 1977, y Antonio Mingote, que ocupa el sillón r minúscula desde 1988.

En este marco general, la producción del escritor y humorista gráfico Antonio Mingote comparte con La otra generación del 27 la consideración del humorismo como manifestación artística, pirueta intelectual o ámbito creativo y favorece la observación íntima de las cosas cotidianas, la actitud sonriente ante la vida, la burla amable de los tópicos y las pretensiones literarias para superar las desgracias y la tristeza. La obra des este autor comprende cuatro grandes líneas de actuación: el humor gráfico, humor escrito literario, humor radiofónico y humor audiovisual.

Humor gráfico

La visión deportiva de Antonio Mingote -militar, dibujante de la agencia publicitaria Clarín y humorista del diario madrileño ABC y las revistas satíricas Don José y La Codorniz- comenta la actualidad triunfal en todas las disciplinas deportivas y critica la falta de educación del español para relacionar acontecimientos.

Este principio general se vuelve especialmente productivo con los excesos, la pasión desmesurada y la obsesión por los equipos de los hinchas del fútbol, dada su afición a presenciar partidos y su condición de simpatizante del Real Madrid por la amistad que le unía a su compañero de partidas de mus y presidente de la entidad, Santiago Bernabéu. Su producción no toma forma de caricaturas, salvo la realizada a Ricardo Zamora para ilustrar en un libro de mus el dicho Ganamos dos a cero y Zamora de portero, sino de viñetas a las que aplica su ironía y ternura en función de seis centros de interés.

Primero, critica la excesiva pasión de unos aficionados con escasos niveles de educación e inteligencia, que no practican disciplinas deportivas pero viven intensamente los encuentros televisados y son capaces de mantener una relación con varias entidades deportivas a la vez.

Combina relaciones absurdas y lógicas y recurre a exageraciones para desentrañar las extrañas relaciones entre intelectuales y deportistas con: el retrato de un futbolista con remordimiento de conciencia por no visitar a su hijo tras realizar un examen de geometría analítica mientras el campo por verle a él está lleno a rebosar; la denuncia de la desigualdad de sueldos entre los futbolistas y los posibles goles que pudieran conseguir los intelectuales; la ocurrencia del guionista que piensa en una serie dramática sensacional protagonizada por once actores frente a otros once con un balón en el medio; la declaración del niño que reniega de su padre, catedrático de Universidad, para dedicarse a tareas más rentables; y la reflexión sobre cómo el sueldo del futbolista de Primera División equivale al de 158 catedráticos de Universidad, a 82 cuadros de los mejores pintores del mundo y al presupuesto anual de 75 laboratorios de investigación.

Recrea la situación de un partido de máximo interés entre el F. C. Barcelona y el Real Madrid, que sigue por televisión un aficionado en un páramo solitario, con una cita literaria del escritor argentino Ernesto Sábato en su obra Sobre héroes y tumbas: «Y al final, pibe, se diga lo que se diga, lo que se persigue en el fóbal es el escore. Y te advierto que yo soy de los que piensan que un juego espectacular e algo que enllena el corazón y que la hinchada agradece, qué joder. Pero el mundo e así y a lo final todo e cuestión de gole».

El exceso de pasión y violencia irracional de los hinchas por la Selección Española y por otros equipos toma forma de exageraciones y situaciones disparatadas: la mutilada estatua de la fuente de La Cibeles va camino del hospital, tras la celebración de un triunfo de la Selección Española, o huye a la carrera ante la recreación de la escena de una nueva victoria; los aficionados viven deportivamente siendo socios de varios equipos; la pasión en la vivencia del partido televisado entre eternos rivales lleva a la separación de los hinchas por una valla. El aficionado cuenta con una escasa cultura general que se limita a contar con una gran capacidad para leer al mismo tiempo ejemplares de las imaginarias publicaciones El fútbol, El gol y Balompié mientras se siguen las transmisiones realizadas por 10 canales de televisión. Pero también cuenta con una escasa cultura deportiva, como en la portada de un extra Deportes de La Codorniz donde una tenista golpea de revés y un espectador de la grada piensa en el futbolístico 1X2 de las quinielas.

Un segundo centro de atención censura la exageración social del fútbol por invadir los cafés, el libre ejercicio de los derechos reunión, expresión o asociación y las conversaciones en la vida cotidiana. Esta conversión del fútbol en tema obligado de todas las tertulias presenta situaciones insólitas, disparates y viñetas en las que se descontextualizan lenguajes de ámbito no deportivo: el señor raro, increpado por los clientes de un café, por no hablar de fútbol; el grupo de españoles cuyo diálogo medio versa sobre las informaciones de los diarios deportivos; la pasión excesiva de aficionados que no creen posible la existencia de gente indiferente al fútbol; y la sentencia sobre el balompié como único ámbito donde se ejercen libremente los derechos de reunión, expresión y asociación.

El tercer bloque presenta el balompié como elemento de modernidad con rentabilidad electoral en ambientes rurales, tanto en lo que se refiere al fútbol televisado como a la creación de instalaciones deportivas en tierras insuficientemente aprovechadas. Las situaciones disparatadas sirven para reflejar los abusos en la gestión de los políticos locales que no comprenden la conversión del fútbol en símbolo de progreso junto al agua corriente, el canal de UHF de televisión, el casino o el hecho de ser sede de la Copa del Mundo de 1982, pero sí favorecen la construcción de instalaciones deportivas como medida para evitar acciones contra el insuficiente aprovechamiento de las tierras.

El cuarto centro de interés lleva a cabo comentarios jocosos sobre la actualidad deportiva más destacada y sobre críticas de aspectos como los frágiles resultados internacionales del fútbol español en la década de los setenta, el excesivo mercantilismo, la gran complejidad organizativa que impide que lo puedan manejar los propios deportistas o el perjuicio causado a los aficionados con las distintas huelgas de profesionales del deporte. Con metáforas delirantes considera la ausencia de éxitos internacionales desde los años sesenta como un frágil paquete que no se debe golpear; presenta a los jugadores oriundos como turistas a los que un empleado de compañía aérea indica sus equipos de destino; crea una narración de Matías Prats Cañete sobre cómo el extremo «corre con la pelota una distancia de unos novecientos millones de pesetas» para después centrar; ejemplifica el comercio exterior con una particular balanza económica que exporta toreros y folclóricas e importa futbolistas o con una política de gran rentabilidad el invertir en jugadores los grandes ingresos obtenidos por el turismo en el verano de 1999. Mingote recurre a las exageraciones para opinar sobre la excesiva complejidad del fútbol y para destacar cómo los estamentos deportivos profesionales niegan a los aficionados su participación en la resolución de las huelgas de deportistas.

El quinto ámbito de atención explica las situación económica y política general recurriendo a escenas y formas de hablar del balompié para su más fácil comprensión. Es el caso de la viñeta en las que propone al presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, como interlocutor válido para conseguir la entrada de España en la Comunidad Económica Europea dada su experiencia en la conquista de seis Copas de Europa. Y también de una portada del diario ABC, que explica la lucha por el voto en las elecciones al Parlamento Europeo en 1994 como una nueva versión del miedo del portero al penalti: el líder político Felipe González hace de arquero que se siente como algo pequeño en una inmensidad, mientras el delantero y rival político José María Aznar ve en la meta un gigante que la ocupa sin dejar resquicio.

Finalmente, un sexto bloque de viñetas hace referencia a situaciones de fantasía con ilógicas escenas futbolísticas en la época de las cavernas, en la era espacial y en el ámbito taurino. Aparecen situaciones cómicas en las que los hombres primitivos no comprenden la civilización de pagar por ver jugar a otros; se registra una nave espacial ante un balón de fútbol mientras sus extraterrestes tripulantes comentan: «¡Mira, el satélite español!»; describe cuadrillas taurinas que durante la faena del maestro escuchan las transmisiones radiofónicas de los partidos o retrata toreros en el callejón de la plaza sentados en una silla, con su capote y un balón.

Humor escrito

En humor escrito literario recoge en «El medio concejal», situaciones fantásticas relativas a la vida deportiva en un pueblo del interior, con un retrato social del dividido ambiente en las elecciones municipales en Tejeruela de la Empastación. Presenta organizaciones que defienden el progreso económico mediante la construcción de un balneario o exaltan sus ideas conservadoras, con un programa favorable a las plantaciones de pepino y el mantenimiento de la buena moral frente a la afición de la juventud por el balompié y el fox?trot.

Humor radiofónico

En el humor radiofónico participará en la fórmula de la animación satírica de magazines con el fin de desengrasar al oyente de la densa información general. Ha participado, entre 1985 y 1998, como Presidente del espacio El debate sobre el Estado de la Nación, emitido en el programa Protagonistas, dirigido por Luis del Olmo en la Cadena Cope y Onda Cero. Junto a otros humoristas gráficos, literarios y del espectáculo buscaba las aristas más divertidas a la actualidad deportiva para encontrar nuevas formas de opinar y polemizar sobre las elecciones al Real Madrid, el desarrollo de los Juegos Olímpicos de Barcelona, los triunfos de Miguel Induráin en el Giro de Italia y el Tour de Francia, la evolución de los diferentes campeonatos de fútbol, las victorias en tenis, las peripecias del piloto de rally Carlos Sáinz… Sucedidos con final inesperado, combinación de relaciones absurdas y lógicas, situaciones disparatadas y exageraciones han sido las principales técnicas aplicadas en compañía de Chumy Chúmez, Coll, Forges, Gila, Jordi Estadella, Martín Morales, Ozores, Manuel Summers, Tip, Alfonso Ussía y Josema Yuste.

Humor televisado

En 1994, la televisión en España dedicó numerosos espacios al humor con programas de debate, cuentachistes, cámaras ocultas y telecomedias en una fórmula que recibió la denominación de tele-risa. Entre las formas de debate, se emitió en el canal privado Telecinco Este país necesita un repaso, espacio moderado por José Luis Coll, y donde Antonio Burgos, Chumy Chúmez, Miguel Durán, Antonio Mingote, Tip y Alfonso Ussía combinaban relaciones absurdas y lógicas, recreaban situaciones disparatadas y realizaban exageraciones para comentar satíricamente los aspectos más insólitos de la actualidad informativa.

Epílogo

En resumen, la producción de Mingote de tema deportivo ha realizado piruetas intelectuales para comentar los ángulos más insólitos de los éxitos del deporte profesional y ha convertido en manifestación artística la fiesta social del fútbol tanto profesional como en la vida de los pequeños pueblos. Su gran aportación ha consistido en unir elegancia, fantasía, voluntad estética y talento para practicar el deporte de la educación frente a la pasión desmesurada y los excesos de los aficionados.


Referencias bibliográficas

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