1 de julio de 2023

Mariano de Cavia, más allá del balompié

Por Jesús Castañón Rodríguez

Mariano de Cavia, más allá del balompié

Jesús Castañón Rodríguez

Mariano Francisco de Cavia y Lac (Zaragoza, 1855-Madrid 1920) fue un periodista con una trayectoria vinculada a los periódicos Diario de Avisos de Zaragoza, Diario de Zaragoza, Diario Democrático de Tarragona, El Imparcial, El LiberalEl Sol y Heraldo de Madrid, así como a las publicaciones Blanco y Negro, El Cocinero, El Chin-Chin y Revista de Aragón.

Fue galardonado con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso XII y fue elegido como miembro de número de la Real Academia Española.

Purista que luchó contra los barbarismos sin tregua ni reposo, comentó su uso, su estructura y grado de aceptación en el habla ya que los consideraba una ignominia para la cultura y el decoro.

Practicó un purismo atento a la necesaria evolución del idioma en la vida moderna, motivo por el que combinaba lo castizo y lo novísimo gracias a su alto nivel cultural, ingenio y estilo singular de comentario de actualidad, original, rápido, amable y con un enfoque práctico que observaba los defectos y proponía soluciones para su corrección sin antipáticos rigorismos.

En una época en la que la tendencia general de la gente era extranjerizar la expresión, consideraba que la castellanización de términos conformaba una muestra de fuerza y personalidad del idioma español sobre las ideas y voces ajenas. Llamaba a encauzar debidamente el uso sin dar aire a vocablos bárbaros que le parecían grotescos y absurdos. Sobre todo, en la sección  “Limpia y fija” mostraba su opinión contraria a la invasión de extranjerismos ya que estimaba que guardar la pureza del habla española constituía un ideal.

Y así, prestó atención a las noticias sobre lengua e identidad en Europa, los avances de las escuelas de  periodismo en Estados Unidos y a la incidencia de la  vida moderna sobre el idioma español.

Desde 1902, merecieron su comentario el proyecto de la Cámara de diputados de Alemania para cobrar un impuesto al uso de palabras extranjeras, la Escuela de Periodismo en la Universidad de Columbia promovida por el New-York World, la oratoria política que prolonga sus discursos “rellenándolos de ripio y cascote” al alargar las palabras con derivaciones bárbaras, las tiendas y los rótulos de establecimientos, así como cualquier ámbito de la vida social del momento.

Perfil deportivo

Intervino en el acalorado debate sobre la castellanización de la voz football Cavia con «El balompié», «El balompié en marcha» y  “El balompié prospera» en El Imparcial  en agosto de 1908 junto a Carlos Miranda en El Liberal,  con «¿Balompié? ¿Bolopié? ¿Bolapié?»; Julio Cejador con “Y dale al balompié” en El Imparcial; Luis Zozaya, cronista deportivo del Heraldo de Madrid; «El Bachiller Canta-Claro» en El Liberal; el artículo «No se dice football. Dígase balompié» en El País; y Jacinto Benavente en la sección «De sobremesa» en El Imparcial.

A raíz de la propuesta de varios jóvenes que querían crear un club de fútbol con su  denominación en español, comentó que piebalón resultaba una traducción demasiado cercana al inglés y apostó por balompié como solución de clara significación y castiza estructura que seguía el paradigma “de rancio y puro linaje” presente en buscapié, hincapié, rodapié, tirapié, traspié y volapié.

En las chácharas II, VIII, XIX y XL y otros artículos se registran diez expresiones generales sobre las apuestas, el movimiento boy-scouts,  y el periodismo deportivo: batir el récord, bookmaker, deportismo, escautismo, gañanismo, llevarse la gala, revistero sportivo, sacar de la puja, sportsman y sportswomen.

También registró, en estas mismas chácharas y otros artículos términos específicos de ocho deportes relativos a: automovilismo, caza, fútbol, hípica, lucha, tenis, tiro y vela: competición, cursing-car, fox-hunting, goal, handicap, jockey, lawn-tennis, lutteur, rallyespaper, stand, steeplechase, turf, watman y yatching.

Epílogo

La propuesta de balompié dio el saque de honor en bien de la pureza y riqueza del habla española en el afán de no dejarse vencer por la rutina y el culto inconsciente al exotismo, al que consideraba de nivel cultural bajo y cursi.

Su labor fue una muestra de purismo fiel al idioma e hizo de la prensa un medio para divulgar conocimientos lingüísticos.

Referencias bibliográficas

Castán Palomar, F.: Cavia, el polígrafo castizo. Pamplona: Gómez, 1956.

Castañón Rodríguez, J.: La comunicación deportiva y la lengua española. Valladolid: edición del autor, 2011.

Cavia, M. de: Limpia y fija. Madrid: Renacimiento, 1922.

Chácharas. Madrid: Renacimiento, 1923.

Artículos. Madrid: Editorial Libra, 1971.

Muñiz de Quevedo, J.: Grageas. Madrid: Imprenta de Antonio Marzo, 1901.

Ortega y Gasset, M.: El Imparcial: biografía de un gran diario español. Zaragoza: Librería General, 1956.

Pardo Canalís, E.: Mariano de Cavia, antología. Zaragoza: Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza, 1959.

Mariano de Cavia, antología. Zaragoza: Institución Fernando el Católico de la Diputación Provincial de Zaragoza, 1980.